Como pintor, García representa un movimiento artístico que en nuestro país casi no tuvo repercusión, el art brut. Las imágenes salvajes que atentan contra los contornos y los significados claros que pinta Charly recuerdan imágenes de sujetos esquizofrénicos, que desde hace unas décadas vienen considerándose obras de arte como cualquier otra. Pero la pintura de Charly, como también su obra musical desde los años 90, es una pintura para la que el color, el rayón y la macha bastan. Las imágenes del “arte bruto” son como traducciones del inconsciente a una lengua que solo existe en esas imágenes. Las pinturas de Charly están en carne viva. En el rayón trash es como si la mano misma (si el inconsciente se hallara en la mano) pintarrajeara y coloreara sin ningún simbolismo ni mediación. En el álbum de SNM las ilustraciones ya están atribuidas a Charly García. En ese cd ya despunta el rayón. Oscuridad y rayón, una buena manera de representar a esa sociedad menemista que en ese momento disfrutaba a pleno de la fiesta modernizadora, aunque lo hiciera sobre las ruinas y la miseria de la mitad de la población. Si bien Charly no provoca en la pintura la misma revolución que trató de desencadenar en la música, es posible pensar que su obra pictórica acompaña esta búsqueda destituyente de la tradición musical. Dan cuenta del mismo yo. Ojalá haya una exhibición de esa obra pictórica que, por ahora, conocemos de modo fragmentado y subalterno.